domingo, 11 de abril de 2010

Después de 5 horas, 9 minutos y 2 segundos ... somos ¡¡¡ FINISHER !!!

Todo empezó a las 6 de la madrugada. Bajamos a desayunar en el propio hotel en el que estábamos alojados y desayunamos junto con otros 3 gabachos que también iban a correr el maratón (abueletes pero con objetivos de 3:30 y 4:00 h., se notaba que no era su primer maratón jeje). Cafetito, pan con mantequilla, zumo de naranja y excelente bollería, después de esto subimos a la habitación y nos preparamos. Ropa, dorsal, geles, chip, billetes de metro y muchas ganas de empezar a correr. Despues de 30 min. en metro llegamos al Arco del Triunfo desde donde empezaríamos y a su vez terminaríamos la carrera. Ambiente inmejorable, 40.000 personas a las 7 de la mañana en los Campos Eliseos preparandose para lo que vendría después. Dejamos las mochilas y nos dirigimos a los cajones de salida. Nosotros al último, con los de + de 4:30 horas. La gente ya nerviosísima y con muchas ganas, música a tope por la megafonia, speeker dando ánimos a todos los participantes en todos los idiomas, gente calentando, estirando... yo personalmente es un momento que me encanta, ver la euforia , los nervios, la incertidumbre de si lo conseguiré ...y los gritos de ánimo que da todo el mundo mientras espera a que empiece.
8:45 Empieza el maratón, nosotros no pasamos por el arco de salida hasta 20 min. después debido a la cantidad increíble de gente que estamos metidos en esta aventura. Primeros kilómetros disfrutando de lo lindo, la gente animando mucho .... Allez Allez Iván! ... bravo Jose! ... (nuestros nombres van impresos en el dorsal y mucha gente te anima). Nosotros no paramos de reirnos. A lo largo de todo el recorrido, estoy seguro que todos los parques de bomberos de París por donde pasamos, se echan a la calle animando con megafonos y subidos a la autoescalera que cruzan por encima de la calle.
¡Como caen los kilómetros Josito! jeje vamos eufóricos. Hasta el km 30 ya a orillas del Sena todo son risas y bromas, vamos a un ritmo muy lento y bebiendo y comiendo en todos los avituallamientos lo que nos permite toda esta alegría pero a partir del 34 mas o menos las piernas empiezan a comunicarse con nuestros cerebros y preguntan que coño estamos haciendo, que esto no es un entrenamiento normal.... jaja ¡Ya te digo!. Los kilómetros cada vez tienen mas metros.



Al principio cada kilómetro tenía sus correspondientes 1000 metros, e incluso podríamos decir, llevados por la anteriormente citada euforia, que tenían incluso menos. Pero del 34 en adelante pasaron a tener 1500 o 1600 m. No se acababan nunca por mucho que corrieras. El dolor pasaba de unos musculos a otros continuamente y los calambres estaban a punto de aparecer. De fuerza y pulmones íbamos sobrados pero muscularmente estabamos bajo mínimos, momento en el que decidimos desconectar la comunicación piernas/cerebro. Solo pensábamos en llegar. En estos últimos kilómeros la gente empezaba a caminar pero nosotros nos propusimos no caminar en ningun momento. Y eso fué lo que hicimos.
Kilómetro 42. ¡Ya está echo! ¡Lo vamos a conseguir! ...con muchos dolores en las piernas pero aquí estamos, con un maratón a la espalda. 195m. más y cruzamos la meta.



Mil anecdotas y cosas curiosas se ven en los maratones. Uno que lo corre en zancos (si,...si lees bien, en zancos y en 4h y media), otros que lo hicieron tirando de una barrica de vino o con un carrito con un niño o disfrazado de faralaes haciendose fotos con todo el mundo o de conejito de Duracell... mil disfraces y cosas curiosas... que te arrancan una sonrisa y te dan ánimos para continuar cuando vas un poco fastidiado por los dolores.
Desde luego, esta vez sufrí más que en Barcelona por los pocos kilómetros de entrenamiento y por los kilos de más que llevé a París. No hubiera terminado si no es por Josito. Gracias a lo que nos reímos los primeros kms y al apoyo y ánimos que me dió en los últimos, pude conseguirlo.



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